Caracas Dos Máscaras: Sobre el daño que hace el tabaco

13 ene 2012

Sobre el daño que hace el tabaco


Cuando todo no es lo que parece

"La felicidad no existe. Lo único que existe es el deseo de ser feliz."
Anton Chejov

Por Omareliz Pineda
@omarelizpa
Imágenes de Jonathan Quiros
@chuliander86



Anton Chejov es un dramaturgo que logra poner incomodo al espectador. El que observa una obra de este escritor ruso, sale de la misma con más interrogantes que respuestas y es aquí donde Chejov logra su cometido.

Sobre el daño que hace el tabaco, obra puesta en escena por el grupo teatral Artilugio y dirigida por Carlos Alberto Sánchez, se trata de un monólogo que contiene dos planos de interpretación; el primero: un hombre que viene a dar una conferencia sobre lo nocivo que es el consumo de tabaco y el segundo, y el más importante, la vida dañina y castrarte que lleva con su esposa y sus siete hijas.  

La limpia interpretación del señor Niujin queda a cargo del actor Frank Wiese quien deja en claro un proceso creativo de mucha introspección, que a su vez le valió el reconocimiento de Mejor Actor en el Off Art Festival 2010 en Margarita: “para mí la actuación es entregarlo todo en el escenario, como lo hizo Molière que murió en él. Para poder crear el personaje tomé cosas de mis seres queridos y las agrandé”. Frank logra generar una tensión de principio a fin, su personaje logra transmitir angustia, tristeza, resentimiento pero sobre todo mucho miedo a revelarse y salir de la condición en la que se encuentra.

La obra presenta una puesta en escena sobria ya que el peso de la escena recae totalmente en el único personaje. El actor se vale de ciertos objetos que se encuentran en las tablas y con los cuales cambia de lugar, improvisa y los maneja a su antojo. Pero todo el escenario lo domina en el medio la figura de la matrioska, una gran muñeca rusa de un metro de estatura que se encuentra posicionada en el medio de las tablas y que representa la figura de poder que aterroriza constantemente al personaje.

La obra escrita en 1886 refleja a una Rusia dominada por los zares donde la sociedad vivía en represión absoluta y no podían argumentar sus opiniones libremente. En esa Rusia la figura del señor Niujin es solo una muestra representativa de los deseos internos que tenía la población por revelarse y transitar un camino diferente. Aunque la obra tenga 125 años de diferencia con nuestra época el publico puede hoy en día identificarse con ella “este es un montaje atemporal ya que nos basamos en las emociones y la vulnerabilidad humana”, expresa Carlos Alberto Sánchez; y son estas emociones las que, a pesar del tiempo, no cambian en el ser humano.

Todos y cada uno de nosotros hemos sido Niujin en algún momento. Transitamos el mundo ocultando a los demás lo que nos gustaría decirle, lo que pensamos verdaderamente sobre algo, lo que sentimos. En algún punto de nuestras vidas explotamos de forma magnánima como lo hizo Niujin: con desesperación, con ganas de salir corriendo y tener un nuevo comienzo, tener una nueva oportunidad.

Chejov nos trasmite que no importa si al final logramos o no alcanzar esa liberación anhelada, sino que el propio deseo de la misma es lo que nos mantiene vivos, como bien reza el epígrafe: "La felicidad no existe. Lo único que existe es el deseo de ser feliz."

¿Al final Niujin se quedó con el deseo o si alcanzó la felicidad? 


La pieza tendrá dos funciones especiales para sordomudos, gracias al apoyo de la Federación Venezolana de Sordos (FEVENSOR), los días 8 y 9 de junio a las 7:00pm. en el Teatro Principal. 

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