Banales y Sinceros
La perspectiva es un mundo banal que esconde un rostro lleno de sentimientos sinceros y temerosos de salir a la luz pública.
Por Patrizia Aymerich
Fotografía cortesía de Marcos Prieto
El cuadro de una oficina típica aparece al abrirse el telón e inerte en el piso se halla el cadáver de un hombre envuelto en una alfombra. Es posible que una de las tres personas que lo arrastraron hasta ahí lo haya asesinado: Ana (Nattalie Cortez), la secretaría, esconde una sospechosa botella de güisqui, David (Carlos Arraiz) hace lo propio con una caja de cigarrillos que había dejado en la oficina hacía un año y Maruja (Aura Rivas) prefiere no compartir unas suculentas pero, quizás, peligrosas galletas preparadas con amor para el difunto. Todos están implicados y a la vez ninguno, todos son culpables y a la vez ninguno, porque ¿quién no ha querido nunca matar a su jefe?
Con esta oscura pregunta, pero que en la imaginación suena hasta un poco inocente, Implicados, dirigida por José Tomás Angola, pretende acercar al público a una serie de situaciones que en tono jocoso revelan algunas de las banalidades del venezolano. El texto de Marcos Prieto no pretende ser crítico ni juez de la sociedad, sino cómplice de lo irónicas que pueden llegar a ser las personas en la intención de esconder sus verdaderas caras. Para esto se vale de pequeñas dosis de sarcasmo político, de chistes de peluquería y de una comicidad fría e inescrupulosa, que siempre está presente en el venezolano.
Durante dos horas interactúan los tres protagonistas, quienes debaten lo que deben hacer con el muerto y a quién deberían echarle la culpa del asesinato, al saber que todos están implicados en lo sucedido y temiendo lo que podrían presentar los medios de comunicación al respecto. La perspectiva es un mundo banal y superficial que esconde un rostro lleno de sentimientos sinceros y temerosos de salir a la luz pública.
El suspenso que aporta la música, la imagen estática de una ciudad proyectada al fondo del escenario y la escasez de altibajos, hacen que el conjunto de elementos se vuelva, en ocasiones, monótono y circundante. El público no logra predecir a dónde van a parar los acontecimientos hasta que los ve resueltos por los personajes.
Definitivamente, el Escena 8 se llenó de caras conocidas que disfrutaron de una comedia agradable y fácil de digerir. Un montaje que encaja en la realidad de un público más habituado a lo simplista que a sentirse implicado de manera sincera en sus acciones.
Implicados se presenta hasta el 13 de febrero en el Teatro Escena 8, viernes y sábados a las 10 de la noche y domingos a la 8 de la noche
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