“Ser un héroe no es solo poder blandir una espada o disparar un arma, también se pueden usar las armas de la poesía.”
Por Amanda Gómez
@ManditasWorld
Fotografía de Nicola Rocco
La junta directiva y la comisión artística de la Fundación Rajatabla seleccionaron siete piezas de los autores venezolanos que participaron en la segunda muestra del Concurso Rajatabla de la Nueva Dramaturgia Venezolana en 2008. Mi Reino por un Sueño, de José Antonio Barrios, es una de las ganadoras y relata la vida de José Antonio Ramos Sucre, escritor cumanés.
A través de los poemas de Ramos Sucre nos encontramos ante un personaje oscuro, no porque haya querido serlo sino que su brillantez lo hizo así. Estaba solo y aislado, atrapado con una madre intransigente que no le permitía ni siquiera jugar con los niños del vecindario, porque ellos, los Ramos Sucre, eran familiares del Gran Mariscal Sucre, gran orgullo familiar.
De adolescente se muda a Carúpano con su tío, quien es ahora el encargado de su educación. La vida de José Antonio se torna aún más gris; el encierro mental, sin la posibilidad de escapar a través de los libros que tanto le gustaban. Pierde todo destello de esperanza.
Siempre sufrió de insomnio, una enfermedad que te atrapa en un laberinto de mentiras, cansancio y depresión. Tal vez fue la clave decisiva para su soledad e incomprensión, después de todo nadie disfruta de la compañía de personas sombrías que afirman leer periódicos “para tener noticias de mi familia que es toda la humanidad” y luego dicen que no hay lugar donde encuentren descanso de sus iguales, que los desprecia por su incapacidad de comprenderlo. Esta contradicción se muestra como parte de una enfermedad que lo domina y no le permite ser quien es, pero sí nos deja entrar en su interior y nos muestra el espléndido poeta que fue. Ser un héroe no es solo poder blandir una espada o disparar un arma, también se pueden usar las armas de la poesía. José Antonio Ramos Sucre quiso ser su propio héroe.
En la ajetreada vida de Caracas nos podemos encontrar con muchos José Antonio o quizás nosotros mismos lo somos. En esta ciudad, donde el dormir significa perder tiempo de estudio, trabajo, entretenimiento o familiar, todos están sometidos por el insomnio, perdemos la certeza de lo que es real y de lo que es ficticio, ¡hasta las noticias nos parecen mentira! ¿Que en Japón hubo un terremoto y un accidente nuclear? ¡Mentira!, ¿Qué en Venezuela hay presos políticos? ¡Mentira!, de seguro quería decir que no los hay, ¿no? Parece que la única salvación es dormir, a lo mejor así tendremos pensamientos coherentes que nos traigan la solución a la mayoría de nuestros problemas.
En la ajetreada vida de Caracas nos podemos encontrar con muchos José Antonio o quizás nosotros mismos lo somos. En esta ciudad, donde el dormir significa perder tiempo de estudio, trabajo, entretenimiento o familiar, todos están sometidos por el insomnio, perdemos la certeza de lo que es real y de lo que es ficticio, ¡hasta las noticias nos parecen mentira! ¿Que en Japón hubo un terremoto y un accidente nuclear? ¡Mentira!, ¿Qué en Venezuela hay presos políticos? ¡Mentira!, de seguro quería decir que no los hay, ¿no? Parece que la única salvación es dormir, a lo mejor así tendremos pensamientos coherentes que nos traigan la solución a la mayoría de nuestros problemas.
Esta pieza es parte del repertorio que el Grupo Rajatabla presenta en la celebración de su larga trayectoria, característica que la hace valer de entre los grupos de teatro anidados en Caracas. Pero la tradición, en sí misma y en el teatro aún más, es algo endeble y es fundamental la organización para mantener fieles a los espectadores que se suman a conocer a quienes hacen teatro. Si el trato hacia el público se ve afectado, la obra decaerá a los ojos de éste. Mi Reino por un Sueño es un montaje limpio y dedicado que puede disfrutarse si a partir del momento en el que se coincide con los guías del grupo se mantiene un trato amistoso y cordial. Esperemos que sea así para los próximos espectadores.
Mi Reino por un Sueño se presenta de jueves a sábados a las 8 de la noche y los domingos a las 6 de la tarde hasta el 27 de marzo, en la Sala Rajatabla.
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