De Marat Sade a Mahagonny
Lo primero es tragar, lo segundo es fornicar, el boxeo va en tercer lugar, en el cuarto el contrato indica a tomar; pero no hay que olvidar ni por descuido que aquí todo esta permitido
@Aciditaxx
Flyer Oficial del montaje
Flyer Oficial del montaje
La obra estrenada en 1931 en Berlín y prohibida por el régimen socialista tuvo que esperar que la Segunda Guerra Mundial culminara para poder ver la luz nuevamente. Mahagonny presenta la historia de una ciudad ubicada en el desierto californiano; relatando el apogeo y crisis de un sitio donde reina el caos, ya que todo está permitido, al más puro estilo de Sodoma y Gomorra.
Cada pieza de este rompecabezas llamado Mahagonny encaja perfectamente: la escenografía, nos sitúa en una ciudad industrial en ruinas, ambientada con plataformas, cabillas y tubos; muy amplia, lo que permite el movimiento fluido del elenco a lo largo del montaje sin ningún inconveniente.
El diseño del vestuario llena los cuerpos del elenco de negro en todas sus piezas, acompañadas con metales, hebillas, etc. En las chicas minifaldas, top reveladores y medias pantys son la norma, sin embargo, ningún vestuario es exactamente igual entre ellas. En el caso de los chicos jeans, faldas escocesas, prendas rotas y pechos al descubierto. Pero el denominador común entre ambos géneros además de un maquillaje gótico en extremo, son el cuero y látex, incluso uno de los actores lleva en su rostro una “máscara del sexo” lo que deja ver que estamos en presencia del concepto de “dominatrices sexuales”.
La iluminación es otro componente de ensueño en este montaje, no sólo haciendo gala del concepto en los juegos de luces en ciertos enfrentamientos, sino durante toda la obra. Caracterizan y complementan las acciones que se presentan; tan solo por mencionar un ejemplo: los intensísimos rayos solares al comienzo de la obra, que sirven de metáfora para la creación de la ciudad de Mahagonny.
Otro de los aspectos brillantes de este montaje, y que es imposible dejar de destacar es la musicalización, un soundtrack de ensueño, lleno de temas de metal, trash metal, heavy metal... que hacen humanamente imposible no sacudir la cabeza al ritmo de Metallica y The Rolling Stones, entre muchísimos otros.
El elenco está conformado por treinta y dos jóvenes actores pertenecientes al grupo de teatro Séptimo Piso dirigidos por Dairo Piñeres y producidos por Carlos Chacón Correa. Se nota la preparación y la exigencia del elenco, que en todo momento - de las dos horas del montaje - se encontraban en personaje. Expresión corporal, baile, canto e interpretación fueron los ingredientes para estas actuaciones, que dejan muy claro que en Venezuela el talento no sólo está en la televisión o en las grandes obras comerciales que llenan plazas constantemente.
Sobre lo controversial de esta obra y la referencia a Marat Sade en el ante-título, lo dejo en suspenso, para no adelantar sobre lo que sucede. Puedes verla desde el 28 de abril al 8 de mayo, de jueves a sábado a las 8:00pm y los domingos a las 6:00pm en la Sala 1 del Celarg en Altamira.
Eso si, si no eres una persona de mente abierta o tienes dudas de serlo, asiste a otra obra en cartelera, recuerda que en Mahagonny todo está permitido.
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