El límite de la libertad humana
No importa en qué caja estén, están solos
Por Patrizia Aymerich
@Patifini
Flyer oficial del montaje
El bit de la música determina los pasos cortos y cerrados. Pasos en
líneas rectas que van hacia un lugar pequeño e irreconocible en el que podrías
estar para siempre. Así se siente el intro de esta pieza, con la vulnerable
sensación de que se tiene claustrofobia.
Kashibache Colectivo lleva a las tablas de Teatrex una compilación de
historias con las que se pretende acercar al público a la idea de encerramiento
e inamovilidad del ser humano. La claustrofobia, o fobia a los espacios
cerrados, es tomada como antítesis de la libertad de pensamiento del ser
humano, del salir a buscar nuevas experiencias y dentro de esto, de buscarse a
uno mismo.
A través de los cuatro cuentos que forman Crónicas Claustrofóbicas es posible asomarse a lo pequeño que es el
mundo de las mentiras, al miedo de aceptar el amor, al terror de la soledad y a
la evasión de los compromisos.
Carne humana en la despensa, una adaptación del cuento de Álvaro de la Iglesia, presenta a un
ladrón armado que termina encerrado en un almacén de comida de la casa que
pretendía robar, junto con dos personas más que son incriminadas de otros
delitos. En ese curioso espacio se pierde la noción de cuál de los tres
personajes realmente está jugando con la vida. ¿Quién es la víctima? ¿Quién
tiene derecho a matar? ¿Quién se desespera al ver sangre?
Solo hace falta verlo para darse cuenta de que no es
dueño de nada
Una mujer se queda encerrada en un ascensor en Esperando al señor Pedro de
Marianery Amín. La tardanza del técnico de mantenimiento, hace que le pida a un
extraño (muy extraño) que se quede hablando con ella para no aburrirse. Sin
embargo, es curioso que no sea la primera vez que se queda encerrada en el
mismo ascensor; que el señor Pedro, una vez más, no aparezca; y que esa noche él
haya decidido acompañarla en la soledad del claustro sólo para que no se
aburra, con la ventaja de que para decir la verdad de lo que sienten hay una
pared de por medio.
A mi no me gusta responder preguntas. Se me podría
escapar una respuesta sincera
En la adaptación del cuento de Alberto García Pascual, conviven dos
enfermos mentales que viven su propio tiempo vendiendo comida a otros enfermos
de forma clandestina, e inventan la libertad a través de la única ventana en la
Habitación 427. Entre las discusiones
sobre si deben dormir más o menos y las importantes decisiones, moradas o
azules, que deben tomar desde la cama que los consume, se posan las metáforas
del matrimonio, del miedo a la soledad y de la amistad verdadera que figura en
despertar en el otro el interés por la vida.
El tiempo fue la mejor invención de mis últimos
segundos
La última historia, El cortejo de
la novia, enfatiza en la inconformidad del ser humano y la
presión de elección ante las alternativas que ofrece la vida, más allá de la
idea de representar la sensación claustrofóbica del matrimonio que queda mejor
identificada en la historia anterior. La duda de la Novia sobre si ha hecho
bien en casarse funge, en clave de comicidad, como punto máximo para aligerar el
contenido de la pieza.
No importa en qué caja estén, están solos
La puesta en escena es combinada con un montaje audiovisual que nutre,
especialmente, las transiciones, las cuales cuentan con un texto excepcional
pero que merman en ritmo. Obviando el intencional pero desacertado micro
publicitario de la fragancia Libertad, Crónicas
claustrofóbicas contiene un mensaje contundente que arriba al espectador
desde las venas del drama y de la comicidad. Una referencia digna de cuán
limitada es la libertad y de la poca estima que le tenemos encerrándola tan
solo en una palabra.
La pieza se presenta todos los jueves a las 8:00pm en Teatrex del Centro
Comercial Paseo El Hatillo, por un costo de 140Bs.
BRUTAL. Excelente obra y montaje. Muy cool.
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