Caracas Dos Máscaras: Crónicas claustrofóbicas

22 feb 2012

Crónicas claustrofóbicas


El límite de la libertad humana

No importa en qué caja estén, están solos

Por Patrizia Aymerich
@Patifini
Flyer oficial del montaje

El bit de la música determina los pasos cortos y cerrados. Pasos en líneas rectas que van hacia un lugar pequeño e irreconocible en el que podrías estar para siempre. Así se siente el intro de esta pieza, con la vulnerable sensación de que se tiene claustrofobia.

Kashibache Colectivo lleva a las tablas de Teatrex una compilación de historias con las que se pretende acercar al público a la idea de encerramiento e inamovilidad del ser humano. La claustrofobia, o fobia a los espacios cerrados, es tomada como antítesis de la libertad de pensamiento del ser humano, del salir a buscar nuevas experiencias y dentro de esto, de buscarse a uno mismo.

A través de los cuatro cuentos que forman Crónicas Claustrofóbicas es posible asomarse a lo pequeño que es el mundo de las mentiras, al miedo de aceptar el amor, al terror de la soledad y a la evasión de los compromisos.

Carne humana en la despensa, una adaptación del cuento de Álvaro de la Iglesia, presenta a un ladrón armado que termina encerrado en un almacén de comida de la casa que pretendía robar, junto con dos personas más que son incriminadas de otros delitos. En ese curioso espacio se pierde la noción de cuál de los tres personajes realmente está jugando con la vida. ¿Quién es la víctima? ¿Quién tiene derecho a matar? ¿Quién se desespera al ver sangre?

Solo hace falta verlo para darse cuenta de que no es dueño de nada

Una mujer se queda encerrada en un ascensor en Esperando al señor Pedro de Marianery Amín. La tardanza del técnico de mantenimiento, hace que le pida a un extraño (muy extraño) que se quede hablando con ella para no aburrirse. Sin embargo, es curioso que no sea la primera vez que se queda encerrada en el mismo ascensor; que el señor Pedro, una vez más, no aparezca; y que esa noche él haya decidido acompañarla en la soledad del claustro sólo para que no se aburra, con la ventaja de que para decir la verdad de lo que sienten hay una pared de por medio.

A mi no me gusta responder preguntas. Se me podría escapar una respuesta sincera

En la adaptación del cuento de Alberto García Pascual, conviven dos enfermos mentales que viven su propio tiempo vendiendo comida a otros enfermos de forma clandestina, e inventan la libertad a través de la única ventana en la Habitación 427. Entre las discusiones sobre si deben dormir más o menos y las importantes decisiones, moradas o azules, que deben tomar desde la cama que los consume, se posan las metáforas del matrimonio, del miedo a la soledad y de la amistad verdadera que figura en despertar en el otro el interés por la vida.

El tiempo fue la mejor invención de mis últimos segundos

La última historia, El cortejo de la novia, enfatiza en la inconformidad del ser humano y la presión de elección ante las alternativas que ofrece la vida, más allá de la idea de representar la sensación claustrofóbica del matrimonio que queda mejor identificada en la historia anterior. La duda de la Novia sobre si ha hecho bien en casarse funge, en clave de comicidad, como punto máximo para aligerar el contenido de la pieza.

No importa en qué caja estén, están solos

La puesta en escena es combinada con un montaje audiovisual que nutre, especialmente, las transiciones, las cuales cuentan con un texto excepcional pero que merman en ritmo. Obviando el intencional pero desacertado micro publicitario de la fragancia Libertad, Crónicas claustrofóbicas contiene un mensaje contundente que arriba al espectador desde las venas del drama y de la comicidad. Una referencia digna de cuán limitada es la libertad y de la poca estima que le tenemos encerrándola tan solo en una palabra.

La pieza se presenta todos los jueves a las 8:00pm en Teatrex del Centro Comercial Paseo El Hatillo, por un costo de 140Bs.

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