Colorida, hermosa,
graciosa y dinámica. El
principito es una obra soñadora basada en
el libro de mismo título de Antonie de Saint-Exupéry
Por Ernest Cappa
@Capphp
Opinión
La historia cuenta
como un piloto, de muy mala habilidad para la pintura, queda varado en el
desierto del Sahara y se encuentra con una persona muy particular e interesante:
un niño que lo que más desea en ese momento es que nuestro viajero aéreo le
dibuje un cordero; pero, no cualquier cordero, sino un cordero especial.
Esta original puesta
en escena logra transmitir todos los mensajes que la obra del escritor francés regala;
da fuerza a la idea de que no importa si el amor lleva hacia
el dolor, porque el dolor vale la pena tan solo por permitirnos al menos
recordar por lo que sufrimos.
La obra está repleta
de vestuarios coloridos y muy variados; utilería creativa; y una energía de
libertad e inocencia, que cautiva tanto a niños como a adultos. Donde las risas aparecen tras cada
ocurrencia, y las sonrisas tras cada diálogo.
Además, la adaptación
incluye música propia, secuencias de percusión y momentos de interacción con el
público divertidos y elocuentes, que integran a los espectadores en esta
alocada, encantadora y romántica historia.
Si has leído el libro, esta es una excelente oportunidad para revivir los más tiernos recuerdos de la infancia de una manera nueva y única; mientras que si nunca lo has leído, tienes el chance de enamorarte del color amarillo del trigo y de conocer la fantástica historia de El Principito.
La obra se estará
presentando este sábado 31 de marzo y el domingo 1 de abril a las 5:00pm, en los espacios de Urban Cuplé en el Centro Comercial Ciudad Tamanaco, Chuao.
S’il vous plaît… dessine-moi un mouton!
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