A
Dinamarca con pasión
La polémica pieza del
grupo teatral Skena se despide del Trasnocho con una fuerte y vibrante versión,
original del dramaturgo Ugo Ulive
Por Patrizia Aymerich
@Patifini
Imagen de archivo
Hace poco, en una
conversación amena de café y cine,
pregunté a mi interlocutor que por qué en ocasiones es tan difícil para
las personas aceptar lo diferente, lo “independiente”, e incluirlo en las
listas de festivales y carteleras. Es como si quienes se dedican a este tipo de
películas debieran pasar por un filtro especialmente diseñado para ellos, una
carrera de obstáculos que los productos más comerciales no tienen por qué pasar.
Me respondió que, simplemente, lo establecido funciona y lo nuevo podría
incomodar o desaparecer la paz que prospera en estos medios.
Pasa en cine y en
teatro también. Muchos de los espectadores que salieron de Hamlet de Ugo Ulive, comentaban su disgusto por la versión “tan
modificada” que realizó el grupo teatral Skena, con dirección de Armando
Álvarez. Lo curioso de la premisa aquí planteada es que el público fue el
primero en reaccionar en contra de una obra que quiebra los formalismos de un
clásico Shakespeare, mientras que el Teatro Trasnocho apostó por ella.
La propuesta de este Hamlet minimalista –que con su
significante forma la corona del diseño gráfico- presenta de forma dinámica y
moderna un amor apasionado y el deseo de venganza, escenificados en la
oscuridad, temeridad, tenacidad y severidad, que no se alejan del núcleo central
del original de Shakespeare. De lo diferente, contiene un concepto simbólico
bien jugado que permite a quienes no han terminado de entender el texto,
hacerlo; a los conservadores, ampliar los horizontes y romper los esquemas; y a
los jóvenes, ir al teatro.
En esta versión,
Ofelia y Gertrudis son interpretadas por la misma actriz –Fedora Freites-, lo
que permite entrever el complejo de Edipo que tiene el protagonista, así como
la ansiedad encarnada por representar el papel de rey de Dinamarca del padre
muerto y que ahora ocupa su tío Claudio. El amor que nos demuestran es un amor
que suspende al ser en un estado anómalo de libertad virtual y extrema, que le
aporta flexibilidad a la personalidad del Hamlet de la escena. Su hipócrita
imaginación se cansa de mentirle y le sugiere la verdad. En ese punto, este
Hamlet no miente en lo absoluto, y defiende su universalidad.
Por otra parte, la
propuesta deja de lado los aspectos históricos, así como el amor real al padre
de Hamlet, que se percibe en el texto original. Mientras que rescata la pasión,
lujuria, ansias de poder y venganza. Un montaje bastante juvenil que, pese a
las grandes actuaciones, deja solos a los actores en el escenario y destaca la
puesta en escena.
La pieza se presenta
en el Teatro Trasnocho, los viernes y sábados a las 8:00pm, y los domingos a
las 6:00pm. Costo de la entrada: 140Bs.
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